El turismo LGBT, turismo homosexual o turismo gay, es una modalidad de turismo dirigida a personas de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) que se ha ido implementando en los últimos años en lugares de amplia aceptación social de la homosexualidad, como lo son Europa Occidental, Norteamérica y ciertos sitios en El Caribe, con una oferta creciente proveniente también de Sudamérica, en especial de Uruguay, Brasil, Argentina y Colombia.
Aunque muchos viajeros son abiertos en su orientación sexual e identidad de género, algunos suelen ser más discretos al momento de viajar por razones de seguridad personal, en espacios abiertos donde no aceptan la diversidad sexual y surgen problemas de discriminación y violencia hacia la comunidad homosexual. Es importante resaltar que el turismo gay no es turismo sexual, pues el objetivo de estos viajeros no es necesariamente tener relaciones a cambio de dinero.
La oferta de esta industria es cada vez más creciente y el portafolio de servicios para captar el llamado “dinero rosa” se diversifica día tras día. Cruceros, centros de estética y spa, bares temáticos, agencias de viaje con toures especializados, clubes nocturnos y general todos los comercios gay friendly, han dirigido sus esfuerzos publicitarios a captar turistas deseosos de disfrutar las maravillas que ofrecen los mejores destinos en un ambiente de tolerancia, respeto y aceptación de la diferencia. Incluso museos como el Reina Sofia en España han abierto recorridos específicos para el público LGBT.
En cuánto a cifras se refiere, en general el gasto medio de turistas LGBTI supera al de la población heterosexual y esto podría explicarse por el hecho de que la mayoría de parejas del mismo sexo no tengan hijos, puedes esta condición les confiere mayor capacidad de compra y a la vez más tiempo y libertad para vacacionar, lo que no tiene para nada indiferente a la industria del turismo.
Sólo en 2018 en América Latina la comunidad LGBT movió 253.000 millones de dólares y de acuerdo a la Organización Mundial de Turismo OMT, este tipo de turismo inclusivo representa el 10% de los viajeros internacionales, siendo además uno de los segmentos que más rápido ha vuelto a la normalidad después de la pandemia. Brasil es el país que se lleva el primer lugar en cuanto a gasto general de la comunidad LGBT, seguido de México, Argentina y Colombia, países que por su cantidad de población y mayor visibilidad, impulsan la economía diversa, que solo en Colombia representa un estimado del 8% del consumo general nacional, según el diario La República.
En Bogotá, Cartagena y Medellín, principales ciudades turísticas de Colombia, el flujo de personas que genera el turismo LGBT, es creciente y tanto el gobierno, como el sector privado han avanzado en políticas públicas y medidas para fortalecer el sector, prueba de esto es que, como indica Gilberto Salcedo, vicepresidente de turismo de Procolombia, Colombia ha recibido en 2018, 2020 y 2021 el premio a “Mejor destino LGBT en Suramérica” en los World Travel Awards, los premios mundiales que reconocen la excelencia en la industria, conocidos como los “Óscar” del Turismo. Asimismo, el país fue elegido “Mejor destino emergente LGBT en FITUR Gay 2017” y consiguió la distinción como el segundo destino latinoamericano más amigable para los turistas LGBT 2018, según el grupo Spartacus.
De otro lado también cabe destacar la existencia de instituciones privadas como la Cámara de Comerciantes LGBT de Colombia, que nació en el año 2012, como una iniciativa dirigida a fortalecer y empoderar económica y socialmente a la comunidad LGBTI del país o la primera guía turística LGBT del país, también implementada en Bogotá que se puede descargar en este enlace: https://www.idt.gov.co/sites/default/files/4.2%20Gu%c3%ada%20LGBTI%20Espa%c3%b1ol.p
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Tanto ha crecido esta modalidad en el mundo que existe una Asociación Internacional de Turismo para LGBTQ+ (IGLTA), es la principal organización global dedicada al turismo LGBTQ y es miembro afiliado de la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas, actualmente presidida actualmente y por primera vez por el colombiano Felipe Cárdenas.
Lo cierto es que aunque para algunos aún resulte polémico, el turismo LGBT no solo genera dividendos económicos, sino también sociales, pues nos hace más tolerantes, respetuosos e incluyentes, así lo demuestra el estudio realizado en Bogotá sobre turismo diverso y que puede consultarse en el siguiente enlace: https://www.idt.gov.co/sites/default/files/pdfs%20observatorio/Estudio%20Turismo%20LGBTI
%20en%20Bogot%C3%A1%202019%20DV%20V1.pdf
Gracias al esfuerzo de distintos sectores de la población, Colombia se ha lanzado a la
conquista de turistas de la comunidad LGBTI ofreciendo estrategias tanto desde el sector
público y como privado para potenciar el desarrollo de los negocios, emprendimientos,
productos e innovaciones amigables y dirigidos al segmento LGBT, uno de los más
dinámicos de la economía mundial y los resultados se ven, pues al país hoy cuenta con una
oferta especializada en diferentes ciudades, experiencias adaptadas a las nuevas tendencias
de viaje y que se seguirán posicionando internacionalmente a medida que se continúe
trabajando en la superación de retos como el bilingüismo de los guías turísticos y personal de
servicio y el respeto por la diferencia en toda la población.
